Cuando escucho tu
sonido tan divino
que producen tus
teclas cuando vibran,
siento aleteos
de blancas mariposas
en el pentagram de
mi cálido jardín.
Es que eres
misteriosa
como el nahual
que tu cántaro sostiene
sobre tu cerviz
que te dedica ya su canto
aunque triste esté
el corazón
Es que no puedo
olvidarte
o arrancarte de
mis entrañas que te di;
ya te aboné con
oración y sahumerios
donde eternamente
vivirás.
Cuando puedas
adicioname a tu nombre
para que me sirvas
de dulce compañera,
porque eres dueña
de místicos secretos
que en la vida
recogí cuando caí.
Eres mi sensible
confidente
al contarte mis
penas y sin sabores;
es que
tienes algo que enamora
o simplemente el
consejo que deseé.
Porque, cuando se
llevan en el alma
los pesares que
carcomen lo profundo
hay necesidad de
una amiga
que tenga música
en lugar de corazón.
Para que la muerte
no me aceche
necesito decirte
que te amo noche y día;
pero, si en tus
dentros reina alguna duda
te ofresco
convertirme a ti.
Convertido me
deleitaré en tus manjares
para ser tu amante
de una vez;
peinar con perfume
tu invisible cabellera
donde reina mi
poesía que en tus curvas descubrí.
Eres una nebulosa
de aforismos
o constelación de
prejuicios intangibles
que nacieron de la
sinopsis de tu aliento
cómo el que al
hombre inspiró.
Robas sin querer
el pensamiento
para hipnotizarlo
con tu talle
que no es más que
otro oasis
donde el caminante
traducida en samaritana
te encontró.
Que bello que
Guatemala amamantara
tu horizontal
silueta virginal
para quedarte por
siempre con nosotros
y fueras nuestro
distintivo matinal.
Es por ello que
compartir quiero
este sabor de
marimba en tecomates
cómo
"súchiles" movido con baquetas,
cual
"chucul" que algún árbol nos legó.
Traduces las penas
en sonoros diapasones,
en el viento que
oxigena tus designios
para darnos el
aliento y la vida
para seguirte
amando más.
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