lunes, 6 de agosto de 2012

Al periodista Irving Ranferí Castro Quiroz

Ofrendas florales te llevaron a la tumba,
oraciones sinceras hacia Dios
para poner allá la bandera del periodismo
y tu vocación que no nos dice adios.

Quedó tu experiencia plasmada en Guatemala
para ejemplo de la juentud que amaste;
la que será precursora de tu ideal
y el surco donde germinará lo que dejaste.

Supiste conocer la miseria y la opulencia
hasta hacerte apóstol del siempre marginado;
tus pasos fueron los de Jesucristo
quien no conoció la discriminación o el olvido.

Cumpliste tu vocación con profesionalismo
sin ver intereses personales de egoísmo,
fuiste ejemplo de ética profunda
que fue ajena del sensacionalismo.

Precursor de la intuición sagrada,
mediador entre el llanto y el Creador;
tu vigilia fue testigo de tu acento triste
al ser impotente ante el dolor.

Hoy que estás en los umbrales celestiales
tus oraciones llegan más rápido al Señor;
ahí seguirás con tu faena interminable
para abogar por los herederos sin honor.

Aquí, veremos tus mensajes realizados
porque eres incansable con tu don;
si aquí no encontraron eco tus palabras
allá encontrarás el objetivo de tu implícita razón.

Sé, que por ello nos dejaste conmovidos
porque nunca temiste a las alturas;
para prepararnos la mística esperanza
que nos heredaste con elocuentes conjeturas.

Tu amor no tiene vencimiento
porque en cada jardín florecerá;
será nuestro aliciente ante las penas de la vida
que una a una en tu diestra morirá.

Nosotros viviremos a tu nombre
porque fuimos tu séquito escogido;
nunca olvidaremos lo que hiciste
con tu slogan:  Denúncielo, no lo deje en el olvido.



Con profundo respeto.

1 comentario:

Giancarlo dijo...

Molto bella!! Buona domenica...ciao