En mis correrías diarias
he peguntado a naturistas y en farmacias
de algún medicamento que reviva
la emoción de hacer algo por la vida.
como no lo encuentro, pregunto a los ancianos
y a la historia,
sólo me contestan que todo acaba y todo muere,
son unos los que quedan y están en extinción.
Me desconcierta y entristece
que no haya estimulante que esto cure;
solo veo apatía y tal desgano
y caso omiso a la cultura.
Enfermedad tan incurable,
o sólo se necesita un poco de verguenza
para no sentir en la conciencia
el peso de no haber valido nada
en esta vida que es humo nada más.
Es bello comer, dormir y trabajar
pero no sepultar los sentimientos,
negarle luz al alma
y espiritualidad al corazón.
Muchos tropiezan y no sienten el dolor,
están acorazados de inconciencia,
¨son cadáveres andantes¨
efectos del milagro y desamor.
Perdemos la noción del tiempo
y hasta olvidamos nuestro nombre,
no digamos el aspecto religioso
que nos da sabiduría y saber.
Pensamos con egoísmo solo en el presente
y no en el futuro tan incierto,
enterramos los talentos concedidos
imitando el avestruz.
Es hora ya de despertar
porque la muerte nos espera;
si la basura con ser basura fertiliza,
mucho más lo hijos del Creador.
Levantemos el pendón y nuestra frente,
no dejemos morir el intelecto;
así cuando muramos, merezcamos
el epitafio que nos impongan desde ya.
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