domingo, 22 de septiembre de 2019

AL ALMANAQUE ESCUELA PARA TODOS EN SUS 25 AÑOS DE EXISTENCIA

Mensajero de virtudes espirituales que al alma llegan
bendiciendo los senderos que la vida te regala,
has viajado desde las galaxias más lejanas
unificando en haz de luz y de poesía
el cielo y la tierra que te abrigan.

Eres bendito porque en las entrañas de tu gran filosofía
perfumas el intelecto con tus conocimientos tan sagrados,
perlas que te a través de los luceros compaginas y enhebras
el don de la vida y la sencillez del que te ama y te venera.

Tus años de existencia transcurridos
en el lapso del tiempo pasajero
son estandarte que el viento besa con ósculos de gloria;
suspiros eternos de Roderich Thun, quien con maestría innata
te lanzara al mundo
como Dios enviara una inverosímil bendición.

Nadie como tu, que eres esencia del lenguaje más sencillo
conoce el motivo de la existencia del ser humano que vigila
por medio de tus páginas el devenir, el presente y el futuro,
orificando la guirnalda que esculpes poco a poco en el granito;
aquel que al absorber la luz del sol por la mañana
brilla contigo con la luna allá en la noche.

Te has perdido en la sombra del río, del cañaveral y la montaña
para conquistar del esmeraldino valle, la mansión o el rancho
más lejano,
para dejarte acariciar como gorrión de colores fatigado
entre las manos del hombre ante la hoguera con tizones confortado.

Llevas en ti, la esperanza del arrullo de la Historia que reclama:
Que sus hijos practiquen tu ejemplo bendecido y añorado;
por eso tú, no tienes nada que exigir al mundo que te lee
y comprende que tus "veinticinco años de laureles" son amores.

Recibe mi sencilla exaltación que a tu nombre escribo,
porque no cuento con tesoros como los tuyos conquistados,
es para elogiarte cual divino Testamento
para el humilde, el docto y del mismo Dios que en ti se irradia.

Continua tu trajinar interminable por tu sendero elegido
y cuando llegues al pensamiento de aquellos que aún te desconocen,
ruego que en tus momentos de oración al Creador Inmaculado
te acuerdes mi como hijo tuyo en tus entrañas, bautizado.

AUTOR: RODIMIRO GRAMAJO RODRÍGUEZ. EN 1994.

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