domingo, 22 de septiembre de 2019

A TI MAESTRO.

Te haces llamar creador y luminaria
en la senda del educando que te llama,
pero tú, entre sonrisas y loores
exiges extravagante lista de útiles y más.

Allá donde laboré también como maestro
la vida precaria me rodeaba,
sin embargo se cumplía la tarea
con un lápiz, un cuaderno
y con fe en el corazón.

Ilumina tu camino como Cristo Nazareno,
con paciencia y sin fórceps hacia el padre,
que no hace más que alterar su presupuesto
para cumplir con tus caras exigencias.

Bendito tú, que te atreves con orgullo
a fomentar la inflación que nos agobia,
pero si con ello te sientes feliz
en tu santo apostolado
la vida premiará con lauros y espinas tu osadía.

Y aquellos que en la inscripción del educando
formulan cor tapizas para crear categoría,
habrá un mañana en que aquel que fuera marginado
escribirá en sus nombres: Hiel, suspiros y reproches.

Continua tu peregrinar educativo y exigente
¡Oh, creador y luminaria de mi patria!
y que  al final de tu jornada
saborees el agridulce de tu ansia inflacionaria
como laurel a tu conciencia y despotismo exagerado.

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