sábado, 20 de abril de 2019

AL MARIMBISTA FABIÁN BETHANCOURT.

Intelecto quetzalteco de fúlgidos laureles
formados con tus notas cuajadas de añoranza;
aquellas que peinan la cabellera del hormigo
que llora pensativo tu ausencia inesperada.

Los pentagramas bordados de coquetas partituras
olvidarte no podrán, singular maestro del teclado;
fragmento que Dios puso en mi terruño
como estandarte ante los márgenes del mundo.

Quien como tú que llevaste a las estrellas
el nombre: Quetzaltenango que sigue siendo tuyo,
y allá, entre coros de luceros matizados
brillará tu inspiración que nos legaste.

Te llevamos en la sangre y en el alma que te añora,
musicólogo o florilegio de intactas sinfonías
que han bautizado a Guatemala con su encanto
o con el sentimental suspiro que te llama todavía.

Hoy nos embarga la tristeza de tu ausencia
y nos llena de honores en la aurora;
la saña cortó tu límpida existencia
pero hiciste de Occidente un pebetero de luces
inmortales.

En las arterias de tu místico y Xelajú añorado
los años pasarán a perderse en el pasado
pero tu canto, como el son y la guarimba
deambularán de la mano en sus calles empedradas.

El embrujo de tu numen bien amado
compagina con el acento de la vida
que transcurre como río puro y cristalino
pero, que ha dejado fértil el límpido sendero.

Las bendiciones que esparciste ¡ oh ! Señor
de la marimba,
perlarán ´por siempre la cuna de tu ensueño;
el sol seguirá iluminándolas tranquilo
y puliéndolas las baquetas de madera.

Lágrimas bañan y besan mis mejías
y una congoja estremece mis entrañas
al pensar que una tumba fría encierra
tus sueños musicales que faltaron.

Duerme en paz y tranquilo como el sabio
que supo legar su don como profeta;
todo lo brindaste sin renegar siquiera
los quebrantos que en pago recibieras.

Fuiste sencillo noble y puro
como tu gente que hoy escucha tus himnarios
y no hace más que bendecirte cada día
o enviarte una oración por la mañana.

Recibe pues, mis cuartetos que hoy te escribo,
como un hasta luego o hasta pronto
y cuando puedas acordarte de mi nombre
ora también por mi, que necesito de tu ejemplo.


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