lunes, 4 de marzo de 2019

ORACIÓN A MAYRA.

Mi mente cabalga inusitada
por el eterno laberinto del poema
nacido en lágrimas de niebla
en desafío al inexistente drama.

Mi mente se quebranta en el espacio
del inerte intento del pecado al cerro
que se eleva en espiral al cielo
partiendo las nubes en desconsuelo
incomparable.

Callar y sentir sin poder explicar nada,
es el fruto de la piedra que se rompe,
haciéndose moléculas fallidas
en ensayo de experimentar en eso.

Hoy me siento solo, cuan grande es
el deseo
de romper el cristal de mis pupilas;
para elevarme y descubrir si acaso
el valor que es pequeño y que no valgo.

Te acuerdas amada mía de aquel sentido
que perdimos en el sensible impacto rutinario;
que hizo tu semblante sentirme contraído
hacia el epicentro de mi infierno.

Me duele pensar en romper lo dado,
que en prenda te entregué en mi esperanza
que sin estar ebria respetaba mi cariño
aunque presa fuera de un soberbio desvarío.

Hoy tu enojo te hace verme cual espectro
que espanta a tu alma acrecentando mi tristeza;
fui culpable cuando juré quererte
y aunque no lo creas soy tuyo todavía.

Créeme, no me comprendo, soy muy débil,
hago lo posible por no ser indiferente,
convierte esto, mis facciones en careta
ocultando el sabor de mi sonrisa.

Hacerte sufrir no ha sido mi deseo,
no soporto verte llorar sobre mi hombro;
parte de mi cuerpo que se empapa
con lágrimas que humedecen mis instintos.

No sufras te lo pido con mis ruegos,
olvidame si puedes, yo te espero,
no riegues con tu llanto las espinas
que pueden llegar a suicidarme sin remedio.

No transformes mi sueño en pesadilla,
piensa que me puedo volver loco;
tengo miedo de perder el equilibrio
y caer en el fango de la cobardía.

Si deseas me retiro de tu alcance
o me esconda cuando vengas hacia mi;
has la cuenta de los besos que me diste
y en premio rezaré por ti.

DEDICADO A MI INOLVIDABLE
MARÍA LUISA HENGSTEMBERG.

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