lunes, 16 de septiembre de 2013

Cumpleaños o Reflexión.

Otro cumpleaños absorto y frío,
oportunidad para reflexionar hacia el futuro
sin olvidar que el pasado pesa,
principalmente si es como el mío, impuro.

No inclino mi cabeza por cobarde,
es, porque me pongo siempre a orar
para descansar en los últimos días de mi vida
o mi condena aceptar.

A quién he de culpar en esta fecha,
todos tienen su destino tan distinto;
tal vez intervinieron en el mío
pero yo puse lo sublime del pecado.

Quedan en mi, algunos restos aceptables,
cual muletas que sostienen mi sobrio andar;
saber hasta donde soporten mi existencia
pero habré de remendarlas para continuar.

Si es necesario pedir perdón, lo acepto,
todos merecen respeto, no lo niego;
tal vez así, me den el visto bueno
para abrir los ojos y no quedarme ciego.

tengo llano el camino hacia adelante,
aún el viento inflama mis pulmones,
el corazón late caprichoso
y el mundo me brinda galardones.

A veces el miedo abate mis sentidos
y añeja el néctar de mi vital adrenalina,
con ese aperitivo en mis entrañas
beso al cielo que no me discrimina.

Los sueños son la fuente inagotable
de fantasías que nos pueden alumbrar,
son retos para el intrépido y nunca desconfiado;
por ello, los míos no quiero defraudar..

Aquí estoy en otro onomástico confuso:
¿ Un paso más para acercarme hacia la muerte?
¿Oportunidad para conocer de cerca a mi Señor?
No estoy hastiado de la vida os lo juro
sólo aferrado, si existe, a la inefable suerte.

Al final de mi excéntrico camino
sabré si estoy cuerdo o desquiciado,
pero, si estuviera loco por ventura
al mundo diré como el poeta:
"no he vivido en vano".

Si no dejé en el mundo la obra de mis manos,
sé, que lo harán mis herederos,
quienes de mi tomaron lo poco bueno
para cambiar y convertirse en pebeteros.

Si alguien quiere caminar conmigo
le ruego no se fije en mis pecados,
solo en mi metamorfosis de luz y de poesía
que me hace otra mariposa en los brocados.

Así, volar al firmamento no lejano
y confundirme con las lívidas estrellas
sin olvidar la tierra en que errante fui
y agradecerle que aceptó mis huellas.

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