viernes, 13 de diciembre de 2019

INCERTIDUMBRE..

Reconozco que he vivido en vano,
que no he hecho algo bueno por el mundo,
solo dejé sin sabores y problemas
y arrepentirme ya no cura nada.

Quisiera ser idea vaga y solitaria
para meterme en la conciencia de la gente
para conocer el concepto que de mí tienen;
porque sigue martirizándome el dilema.

Esa incertidumbre me acecha y me condena,
pero reconozco mis pecados y errores,
eso es lo que permite que aún viva,
pero me da vergüenza, lo aseguro.

Camino cómo autómata en la vida,
sin saber a donde voy,
espero que este martirio poco dure
porque me estoy cansando de verdad.

Dicen que para mí está el infierno
y que la gloria está lejos de mi ser,
lo he aceptado resignadamente
que no tengo miedo de morir.

Soy tan intrépido que luego anhelo esto
para quitarme esa duda que me ostiga,
porque, cuando ya no valemos nada
no debemos de temerle a nuestra vida.

Para no alargar tanto mi delirio
ya no quiero disvariar hasta enloquecer,
nada me importará que me llamen loco;
que vivir así es lo mismo que morir.

VERSOS A LA SALUD. DEDICADOS AL SALUBRISTA.

La salud es fuente de gran sabiduría
porque enhebra el alma y el espíritu contrito,
es la sonrisa de Dios a cada día
y la valorización de nuestra estima.

La salud es presagio de incólume progreso
porque amalgama a la familia con la sociedad,
es la reciprocidad de belleza y embeleso
que nunca defrauda al pensamiento y su valía.

La salud es la santa convergencia
en que se forma el afluente más divino,
se cumple la vida y su herencia
para ver todo, con amor y colorido.

La salud es el florilegio de virtudes
en que nace el perfume de la gloria
para nuestros bellos tesoros,
nuestras juventudes
que se empapan de ella y conocen su valor.

La salud es la bitácora más bella
que nos orienta al crisálido perfil,
el que debemos tener como una estrella
que debe iluminar nuestros pasos con fulgor.

La salud nos lleva de la mano y armonía
por los senderos de quebrantos tan oscuros,
despeja los cielos como útil pedrería
para darle matiz a nuestros lívidos sentidos.

La salud es la conclusión de la esperanza
que solo vive en las almas que la aman
aquellas que subrayan su importancia
y la bendicen como sustento entre sus labios.

La salud es nuestro abrigo en las dolencias
que nos acechan y con ironías nos hostigan
por eso sus pocas letras forman la esencia
para curar con amor al pobre y olvidado.

Es la salud la bendición sobria y delicada
que debe irradiarse con oraciones y proverbios
porque es del Creador idea santificada
que nunca debe faltar en el menú y la oración.

Es la salud la encomienda del Salubrista
que la disemina en el rincón más pobre,
ahí donde es luz su humilde arista
que lo distingue y siempre lo bendice.

Es la salud el desvelo del apóstol
que siente en su sangre aquel llamado
de sonreír al enfermo aunque esté triste
y sentir su tristeza en lugar de su sonrisa.

Por ello dedico estos versos a ustedes
Salubristas
para nombrarlos: "Sembradores de salud"
o si quieren: " Profetas embalsamados de virtudes"
que hacen de los adoloridos corazones
pebeteros de luz y de alegría.

AL LIBRO.

Cuando un libro está en mis manos
somos de pronto más que hermanos;
el quiere deleitarme con su ciencia
y yo, deleitarlo con mis dudas.

Con él, aclaro mi sutil entendimiento
para conocer algo de mi intento,
porque todo quisiera conocerlo,
pero no sé, si la vida me da tiempo.

Tengo fe que su lumínica inocencia
me de luz en mi existencia
para cuando mi vida se termine
no dude nada de este mundo.

El libro es el docto que a conciencia
combate la árida ignorancia;
es el consejero que no miente
y está atento al llamado soberano.

Es el libro, el profeta tan piadoso
que nada exige por su don precioso,
tampoco por alimentar el ama
con preceptos mágicos de amor.

Es el libro el arma que no hiere
y hace triunfar al noble y al que muere;
es tan grande el poder que tiene
que aunque lo ofendan no hace más que
predicar.

Contiene el libro la magia inextinguible
para adentrarse a lo inexpugnable;
ahí, donde se esconde la incógnita sagrada
o la respuesta de lo ignoto y bello.

Es el libro el amigo que espera sin recelo,
ni se inquieta por la falta de un consuelo
que lo estime y desempolve su figura
y desentrañe sus secretos escondidos.

Quien como el libro que ajado
conserva la convicción de ser amado
porque con su existencia nos educa
sin reprocharnos la cruel indiferencia.

No hay en sus vértebras sarcasmos,
 no hay en su lomo tal cansancio;
sabe que no caduca sus existencia
aunque el moho destroce sus entrañas.

Vidas vienen y vidas se esfuman
mientras en el libro los versos se perfuman
para inmortalizarse cada día
en espera de anhelantes precursores.

Ante el libro el egoísmo se arrodilla
y pierde su prepotencia y osadía;
a veces creemos conocerlo todo
y nada somos en su afán.

Por ello me apoyo en sus consejos
y en sus letrados mis congojas dejo
ya que desde niño me alentó en mis pasos
y me enseñó a entenderlo todo.

Conocí que la vida es el libro verdadero
donde aprende el analfabeta y pordiosero;
es el libro de la experiencia cruda
que profetas da sin discriminar a nadie.

Es el libro el tesoro diligente
para el noble, sensato e indulgente;
también para el soberbio que lastima
por desconocer su origen globular.

Pobre del que margine tu esencia
porque la misma ley de la ignorancia
castigará al verdugo que te hiera
sin merecer perdón en aquel día.

Eres el trueno
que da la calma y soledad;
eres la calma que produce tempestad;
esa que aviva toda llama apagada
sin esperar alguna caridad.

Por eso siéntete docto, consejero y guía
porque son tus apelativos en poesía;
yo también velaré porque siempre seas
el confesionario que nunca me condene.

Quédate tranquilo con tu mutis soberano,
adormece tu dialéctica en mi mano
para adentrarme por siempre en ti
y quedarme allí, para no morir jamás.




lunes, 21 de octubre de 2019

AL POETA MARIO SOTOVANDO SOTO.

Quisiera tener en cada mano
una o varias semillas de su poesía
tan dilecta
para diseminarlas en mi tierra
y recoger la cosecha angelical
de sus místicos poemas

Dedicarle al Creador uno a uno
cada granero
para ayudarlo a sustentar el hambre
de cada quien que apetece la poesía.

Entonces habré puesto mi grano de oro
en el corolario de mis anhelos
para congratular al precursor de la belleza
que ha dado a Quetzaltenango
toda su inspiración con entereza.

¡Salud poeta de mis días
y de incansable tropel
en su lírica vendimia.!

Respetuosamente. Rodimiro Gramajo.

lunes, 23 de septiembre de 2019

A XELAJÚ.

Hoy Xelajú de mis recuerdos
quiero cantarle a tus secretos
como dulce dormida niña
al pie de tu volcán Santa María;
pedacito de tierra, pedacito de risol
el que un día conquistara
el intrépido español.

Puso su espada de plata fementida
en el pecho de su defensor Tecún Umán,
sin saber que su sangre de ardiente valentía
se trocara en leyenda hacia su historia inmortal.

Es tu otro descendiente
el hermoso Río Xequijel
que hoy todavía arrogante y pensativo
viene conservando el recuerdo, también de
Azumanché.

Y los Llanos de Urbina
testigos de tu historia fiel;
los que hoy, vida te dan tanto
sin lágrimas ni llanto arrepentido.

Los Llanos del Pinal
con sus recuerdos de conquista,
viven esculpidos tus honores;
orlados entre rosas tan sutiles
como gotas de límpido historial.

Recibe Xelajú grande y soberano
estas líneas que escribí;
enlazadas con tu cielo azul jamás vencido
porque veo que continua siempre igual.

domingo, 22 de septiembre de 2019

AL ALMANAQUE ESCUELA PARA TODOS EN SUS 25 AÑOS DE EXISTENCIA

Mensajero de virtudes espirituales que al alma llegan
bendiciendo los senderos que la vida te regala,
has viajado desde las galaxias más lejanas
unificando en haz de luz y de poesía
el cielo y la tierra que te abrigan.

Eres bendito porque en las entrañas de tu gran filosofía
perfumas el intelecto con tus conocimientos tan sagrados,
perlas que te a través de los luceros compaginas y enhebras
el don de la vida y la sencillez del que te ama y te venera.

Tus años de existencia transcurridos
en el lapso del tiempo pasajero
son estandarte que el viento besa con ósculos de gloria;
suspiros eternos de Roderich Thun, quien con maestría innata
te lanzara al mundo
como Dios enviara una inverosímil bendición.

Nadie como tu, que eres esencia del lenguaje más sencillo
conoce el motivo de la existencia del ser humano que vigila
por medio de tus páginas el devenir, el presente y el futuro,
orificando la guirnalda que esculpes poco a poco en el granito;
aquel que al absorber la luz del sol por la mañana
brilla contigo con la luna allá en la noche.

Te has perdido en la sombra del río, del cañaveral y la montaña
para conquistar del esmeraldino valle, la mansión o el rancho
más lejano,
para dejarte acariciar como gorrión de colores fatigado
entre las manos del hombre ante la hoguera con tizones confortado.

Llevas en ti, la esperanza del arrullo de la Historia que reclama:
Que sus hijos practiquen tu ejemplo bendecido y añorado;
por eso tú, no tienes nada que exigir al mundo que te lee
y comprende que tus "veinticinco años de laureles" son amores.

Recibe mi sencilla exaltación que a tu nombre escribo,
porque no cuento con tesoros como los tuyos conquistados,
es para elogiarte cual divino Testamento
para el humilde, el docto y del mismo Dios que en ti se irradia.

Continua tu trajinar interminable por tu sendero elegido
y cuando llegues al pensamiento de aquellos que aún te desconocen,
ruego que en tus momentos de oración al Creador Inmaculado
te acuerdes mi como hijo tuyo en tus entrañas, bautizado.

AUTOR: RODIMIRO GRAMAJO RODRÍGUEZ. EN 1994.

MADRE.

Antena que a Dios me comunica,
diástole y sístole de mi corazón tan pecador;
ambigüedad que así me compromete
a entregarte lo que aun queda de mi ser.

Aprisionas mis ondas cerebrales
que se desprenden buscando lo inefable
como tus entrañas que conozco desde ayer
y te gritan desde mi conjunción molecular.

Lo demás lo he dedicado al desvarío
que ha fertilizado la neblina que te peinas
y hace arrepentirme de mi inédito pasado
para servirte de báculo y calor.

Dadme siquiera esta oportunidad que necesito
para continuar el viaje que me falta
y así, cuando me enfrente a tu Creador
me conceda la indulgencia que otros
han perdido como yo.

A TI MAESTRO.

Te haces llamar creador y luminaria
en la senda del educando que te llama,
pero tú, entre sonrisas y loores
exiges extravagante lista de útiles y más.

Allá donde laboré también como maestro
la vida precaria me rodeaba,
sin embargo se cumplía la tarea
con un lápiz, un cuaderno
y con fe en el corazón.

Ilumina tu camino como Cristo Nazareno,
con paciencia y sin fórceps hacia el padre,
que no hace más que alterar su presupuesto
para cumplir con tus caras exigencias.

Bendito tú, que te atreves con orgullo
a fomentar la inflación que nos agobia,
pero si con ello te sientes feliz
en tu santo apostolado
la vida premiará con lauros y espinas tu osadía.

Y aquellos que en la inscripción del educando
formulan cor tapizas para crear categoría,
habrá un mañana en que aquel que fuera marginado
escribirá en sus nombres: Hiel, suspiros y reproches.

Continua tu peregrinar educativo y exigente
¡Oh, creador y luminaria de mi patria!
y que  al final de tu jornada
saborees el agridulce de tu ansia inflacionaria
como laurel a tu conciencia y despotismo exagerado.

ESBOZO A MI HERMANO JOSÉ NERY GRAMAJO SÁNTOS.

Hoy me toca dirigirme a ti en este boceto
para hacerte llegar lo que yo siento;
tanto tiempo que estuvimos distanciados
y hoy rehacemos el encuentro tan deseado.

Oportunidad que bendigo a cada instante
porque puedo saborear tu esencia e intelecto;
pero no puedes prohibirme el derecho
de expresarte que tus genes son sagrados.

Eres el arquitecto de las vidas que te inflaman
y hacen que tus poros promulguen un soneto
que al ligarlo con tu verba a veces tan inédita
no hace más que hacernos meditar.

Cuando hablas y predicas el ejemplo
parece que la diafanidad ya no existiera;
no sé, si tus palabras la hurtan de inmediato
o surge otra sin intervalo y de métrica sencilla.

Quisiéramos escapar de tu atracción o magnetismo,
pero tu virtud es tan peculiar;
casi, se cumple tu prédica Cristiana,
ejemplo: Jonás que no pudo esconderse del Creador.

No es que a mi poemario le falten delineados
y por eso escribo tan sencillo esta y otra vez;
tu vestuario es la decencia, tu lo sabes,
entonces creo que mi alma te sigue a donde vas.

Cada vez que estoy saboreando aquel silencio
puedo comunicarme más con Dios;
a la vez puedo comunicarle tus secretos
y encomendarme a él con tu aliento y con tu voz.


Supiste soportar la tempestad que te azotaba
en tu barca quebradiza, cual símil de Jesús,
te amamantó la fe que traías tan innata:
No como la de Pedro, el apóstol,
cuando mientras dormía mi Maestro.

Soy tu misión que conllevas cada día,
es tu encomendado que tienes que cumplir;
que diera porque algunos hombres de mi orbe
imitarán tu ejemplo por el pecado terrenal.

Igual como en la Sodoma pecadora,
haya uno por el cual merezcamos el perdón;
¿ será por ti este milagro anhelado?
¿o por otro que ya sin quererlo te imitó?

No creas que soy exhorbitante o algo parecido
en compararte con lo eterno que amo tanto,
pero tengo de testigo : Tu conciencia que reclama
a mi corazón que palpita como el tuyo.

Y si duda tienes de mi esbozo
continuemos caminando de la mano
y escribiré el libro o los Salmos que te aclaman
como David tañendo el arpa que aun suspira y te bendice.

Continúa con tu báculo, caminando y dialogando
hasta libertar de nuevo lo que de Israel quedó
y aunque las arenas calientes del desierto
quemen tus plantas o las calcinen a la vez
llegarás más allá, a donde tu Antecesor llegó.

Y si continuas acordándote de mi nombre como
hermano,
tal vez en mi mente, inspiración quedara,
volveré de nuevo dirigirme a tu inocencia
para sentirme grato en este mundo que te adora.

Pero tengo fe entre tus retoños o herederos,
que como nuevos patriarcas pulirán tu obra bien amada;
quienes no olvidando el regazo de su madre
me llevarán también a tu tierra consentida.

Saborearás en tu sueño eterno en aquel día
la revelación creadora que hoy amamos;
la miel como encanto llegará a tus labios
tal vez a humedecer;
pero el maná que nos has legado poco a poco
cada día, nuestra hambre de Dios mitigará.

No titubees en tus designios tan sagrados,
los cuales, el Creador te encomendara:
camina plácido por la senda que escogiste,
que también lo hizo Jesucristo soportando aquel madero
para luego eternamente florecer.

FRAGMENTO QUETZALTECO.

Como suenan las campanas
de mi gótica iglesia San Nicolás;
son eléctricas, son bellas
y famosas en toda la América Central.

En el altar del Sagrado Corazón de
Jesús Sacramentado,
medita el Redentor y dirige su vista piadosa
hacia adelante,
para que el Parquecito Benito Juarez
permanezca higiénico y romántico como su fuente
donde antes habían pecesitos de colores.

Aquí está el kiosko de aspecto tan capcioso
donde está escrito el poema  "Al jardinero"
más a un lado está erguido el Calendario Azteca
donde se refleja el sol en la mañana
pero da refugio a ebrios y drogados.

Vuelvo al tañir de las campanas
que conserva la iglesia mencionada,
pero al lado sur,
donde todavía se ven pocos Truenos tal vez
envejecidos,
se sienten olores nauseabundos
que no se pueden soportar.

Salieron a esa calle, ventas nobles
para  lograr la subsistencia en ésta vida
tan precaria;
aquella que la familia añora cada día
para poder cumplir su cometido aquí en la tierra.

Son los "Compadres" de colores bien vestidos,
desparramando olores de bocados bien apetitosos;
solo espero que los noctámbulos respeten,
para no seguir manchando esa callecita
con excremento y meados que contagian.

Especialmente a los educandos
que transitan esbeltos y gallardos
hacia el bello "Liceo Guatemala"
y otros, cual Domingo Sabio bendecido
hacia el eterno carisma pedagógico
del Colegio San Juan Bosco tan querido.

domingo, 7 de julio de 2019

POR EL.

Por el hombre que le canta a la poesía,
a veces con llanto y muchas otras con alegría...
Hoy alzo mi voz y la explayo al universo,
por el maestro que le canta a Guatemala
y en cuyos renglones más sublimes nos regala
su dulce amor adornado con el verso.

Por el maestro que ofrenda su vida
en esa senda verdosa y florecida
que transita con gran gozo y alegría...
Por él escribo un verso tierno y elocuente
porque en sus cuatro dedos de frente
se refleja desde lejos la poesía.

Por el amigo que ofrenda su conocimiento
para que el joven encuentre el fundamento
del amor, de la caricia y de la pena...
Por el me atrevo a escribir unos renglones
porque ha llevado a muchos corazones
el sentimiento insertado en el poema.

Por el compañero que constante en la batalla
alza su voz como un fiel y elocuente atalaya
que está pendiente al toque de trompeta....
Para que la juventud exprese el sentimiento
cómo un bálsamo para el triste sufrimiento,
ante la pena tan sublime y tan discreta.

Por el poeta que escribe los poemas
en una escala de muy diversos temas
adornados de musas y vívidos colores...
Porque con palabras y con sentimiento,
construye un vasto y tierno firmamento,
de recuerdos de ilusiones y de amores.

Por el poeta que ofrenda su vida con alegría
al mundo dulce y sutil de la poesía
sin desmán, sin desprecio y sin atajo...
Por el hombre que cobija con su abrigo,
por el maestro, compañero y amigo:
por el poeta: Rodimiro Gramajo.

AUTOR: LIC. ARIAM CALDERÓN GRAMAJO.
                 QUETGO. JULIO 2019.

miércoles, 8 de mayo de 2019

MURALES "HUMBERTO GARAVITO" CENTRO INTERCULTURAL. 19 AVENIDA ZONA 3.

Mientras la gente va y viene
"con penas y alegrías en el alma"
me embriago con la magia y calma
que tienen tus encantos y murales,

Pocos observan la danza de las líneas
que jóvenes enhebraron con pintura
promoviendo con amor el arte y la cultura
que se está escaseando por ahí.

Que diera porque la oración que expreso
llegue al alma de mis bellos quetzaltecos
para que vean y sientan la magia de los selectos
que tiene Quetzaltenango en sus entrañas,

Los que perfuman su mirada en estos silogismos
es porque tienen sentimientos bellos todavía,
se bañan siempre con la luz de la pintura y la poesía
sin tanto esfuerzo porque de ello vienen bautizados.

Espero que aquellas mentes destructoras los respeten
y cambien al ver la sencillez y la calidad de la intención,
esa que solo vive en el alma saturada de inspiración
de los que aman este terruño sacrosanto y bueno.

No hay pecado en sus líneas mixtas y onduladas,
sólo un llamado para conocer la plenitud de Occidente,
donde se recrea y pasea mi Dios Omnipotente
apartando la maldad de esas mentes que buscan oración.

No uso pinceles embadurnados de pintura de colores,
sólo hago gala de lo que siento hacia ustedes,
por ser ejemplo para todas aquellas juventudes
que aún no conocen lo que asombra y nos conmueve.

Sigan pues, por ese derrotero de enseñarle al mundo,
que nuestro Quetzaltenango existe y es palpable,
no solo con poetas, pintores y un alma sencilla y noble,
sino también en todas las artes que lo crearon.

Por eso me siento parte de toda creación que emerge,
ya sea en una pared o un pergamino de códices eternos,
esos, donde ustedes quedarán por siempre tan serenos,
donde nadie los borre y manchen tan bellos dones.

Laurel que reverdece en la esmeralda de la esperanza,
donde los guardaremos para nunca olvidarlos,
sino más bien bendecirlos y santificarlos
para que sean la orla de nuestro Patrimonio Singular.

AUTOR: RODIMIRO GRAMAJO RODRÍGUEZ.
Quetzalgo, 8 de mayo de 2019.

domingo, 5 de mayo de 2019

ASÍ TE AMO YO.

Cabizbajo y pensativo con dolores en el alma
mis ojos se inflaman observando la calle solitaria
por ver si tu imagen aparece
y me obsequia siquiera una mirada.

Es triste reconocer mi desvarío,
pero me encomiendo sólo a Dios
para que tenga de mí, misericordia
si estoy pecando por quererte así.

Hay noches en que mis ojos se humedecen,
a veces de alegría, otras de tristeza
porque nuestras citas se esfuman por encanto
quedado burlado en mis confusos pensamientos.

Me dan deseos de caminar sin rumbo fijo,
soy tan débil que me siento, cual cobarde;
no soportaría dejarte amada mía
en brazos de hombres como nunca fui.

Esto que escribo viene de mis dentros,
empapado con llanto silencioso;
me asemejo al chiquillo de ojos tristes
que gime por la estrella más cercana.

Hay momentos que mis amigos me
interrogan
para conocer mi acento pensativo;
sólo respondo que viajo en el hechizo
de un camino cubierto de bondades.

No es que me sienta ya sin vida,
sólo siento sublimarme poco a poco;
desconozco los lugares que visito
porque viajo en la niña de tus ojos.

Quiero adivinar el futuro incierto
y conocer lo que oculta,
si es felicidad, agradecerle al Redentor
o lo contrario, pedirle perdón
por mis múltiples pecados.

La respuesta tu noble corazón la sabe,
pero me da miedo preguntarle dulce niña,
porque el mío es débil y padece
los sufrimientos de todo enamorado.

Eres dichosa porque guardas precelosa
el bálsamo a mis penas entre abiertas,
en cambio yo, como un enfermo,
anhelo que me cures o me lleves a la muerte.

No me queda más que recluirme en mi aposento
y arrodillarme ante Dios que me ama tanto;
él sabrá si merezco tu cariño
o nací para terminar cual desgraciado.

Anhelo que mi paciencia me corone
y me dé la mano que tanto necesito,
porque tengo abiertos los ojos materiales
pero semimuertos los del alma.

Si tu corazón se compadece amada mía
de mi lamento y mi tristeza cegadora;
te dedicaré mis cuartetos y mis versos
para aumentar el caudal de tu sonrisa.

No creas que esto es un poema,
no, es la confesión de un presidiario
que se encuentra penando en la condena
por amarte y brindarte mi cariño.

No me importa la multa que me impongas,
porque el juez, son las líneas de tu cuerpo;
la llave de la reja: Tu rostro tan bonito
y mi ruta la cascada de tu pelo.

Sé, que no llegaré al fondo de tu alma
porque son palabras muy sencillas;
leeré al acostarme el Salmo milagroso
y me quedaré esperando de ti la penitencia.

AUTOR: RODIMIRO GRAMAJO RODRÍGUEZ.

domingo, 21 de abril de 2019

A XELAJÚ.

Hoy, Xelajú de mis recuerdos
quiero cantarle a tus secretos
como dulce y dormida niña
al pie de tu volcán Santa María;
pedacito de tierra, pedacito de crisol;
el cual, un día conquistara
el intrépido español.

Puso su espada de plata
en el pecho de tu defensor:
Tecún Umán,
sin saber que su sangre de ardiente
valentía
se trocara en corriente histórica
inmortal.

Es tu otro descendiente
el hermoso Río Xequijel
que todavía sus corrientes
conservan
el recuerdo de Azumanché.

Y los Llanos de Urbina
testigos de tu fiel historia
los que hoy, vida te dan tanto
sin lágrimas ni llanto arrepentido.

Y en los Llanos del Pinal
con sus recuerdos de conquista
viven esculpidos tus amores
tallados como rosas,
rosas como gotas de límpido
historial.

Recibe Xelajú grande y soberana
estos versos que inspiré;
son precursoras golondrinas
enlazadas con tu cielo azul
jamás vencido
porque veo que continúa siempre
igual.


TECÚN UMÁN.

Héroe de múltiples facetas,
que desnudo te enfrentaste al español;
pusiste casta y escudo en la defensa
de tu raza noble y lumínica, cual sol.

Sigues siendo el núcleo de la Historia
que se esculpió un día en el oasis de Pachaj;
Historia que en el corazón parece
paisaje de remembranzas sin igual.

Sigues fuerte en el ambiente que te añora,
el que a la vez te sonríe como un niño;
tu valentía singular delinea con decoro
la esencia magistral de Guatemala.

Héroe que con la lanza de diamante
escribiste innumerables coros de cristal;
aquellos que suenan en la melodía de la
ciencia
y en el plumaje de mi lánguido quetzal.

¡Salud.....! Tecún Umán de los eternos,
insignia quiché en mis sentidos;
los que guardan tu imagen y tu historia
con reverencia y alabanza celestial.

LA PIZARRA.

Desde legendarios ciclos escolares,
aún recuerdo la pizarra;
la cual con su compañero el pizarrín
en ella delineábase nuestro bello abecedario.

Desde esos tiempos bien lejanos
aquel maestro rural con varios grados en un aula,
su rústica y efectiva metodología desgranaba;
fue así, cómo grandes mentores se formaron
que han dejado promociones envidiables
en la historia educativa.

Como ejemplo, recuerdo a mi maestra
un tanto encanecida
de una escuelita con aromas de sobrada lejanía;
con cariño el pizarrín y la pizarra
usaba para enseñarnos a escribir y a deletrear
hacia la instrucción y educación sagradas.

Es por ello que escribir cuartetos puedo;
lo contrario de hoy que largas listas
de útiles de lujo afloran,
de colegios, institutos y públicas escuelas
y con alumnado bien alimentado y más activo.

Todavía en el área rural empobrecida,
el alumno con sencillos útiles aprende
y en la urbana, donde explotan a los padres,
los educandos ni saludan en la calle.

Testigo fui de una admiración loable:
Cuando en una de nuestras calles quetzaltecas
un niño de condición humilde
saludó a un honorable vecino inclinando la cerviz.

Quién recibió el saludo, expresar pudo:
"solo en nuestra gente humilde se ve algo así",
deja entrever que no es el cargamento de útiles,
algunos ya con precio tope exagerado,
lo que esto siembra,
sino el amor y la dedicación del maestro
que para ello Dios lo envió.

Para poner realidad en mis letrados:
Allá en aquella escuelita de adobe, húmeda
y poco iluminada
que se hace acompañar de un pizarrón inadecuado,
con pupitres rudimentarios, remendados y quebrados
el niño logra la victoria en la batalla educativa.

Más, sin embargo, en algunas escuelas y colegios
bien lujosos,
el tiempo transcurre plácidamente
sin metas concretas
para el futuro promisorio del alumno;
no cómo aquél entonces, cuando  bastante
borrosa la pizarra
forjábanse educandos llenos de razón y de conciencia.

Caminemos pues, de la mano a la costumbre,
soportando listados y uniformes lujosos triplicados;
mientras en el área rural aquel niño de vestuario
remendado
suma, resta y multiplica su intelecto
con su calculadora formada de bellotas y pedruscos
que en su largo trajinar recoge.

No pierdas la esperanza,
niño rural de mis desvelos,
que tu destino es tan largo y encantado,
lleno de sorpresas y vientos encontrados
que pulirán tu entendimiento
sin lujos, cuotas caras y exigencias escolares tontas
ni razón.

sábado, 20 de abril de 2019

MARIANO AGUSTÍN BETHANCOURT.

Con mi cálida poesía recorrí
los vagones de aquel ferrocarril,
donde dormido te encontrara
y te depositara mis lágrimas de abril.

Vine de la nebulosa de mis sueños
a posarme como haz de luz en tus entrañas,
cuando al compás de tus corcheas
himnos a tu nombre yo entoné

Tu imagen era esbelta y pura
como maestro del teclado tan sonoro,
donde escribo lo que añoro
y jurarte que eres mi maestro peculiar..

Decoraste a Quetzaltenango con tus manos
en el lienzo del cristal y el acetato
que nos cuenta entre hermanos
tu recorrido en la sinfonía señorial.

Figura sublime de las notas musicales
que irradian tu plenitud a mi conciencia
donde te guardo, te veo y te acaricio
y te pido que interpretes la nota sin final.

Se que cumplirás el deseo que te imploro
sin oración y sin misticismo confundido;
desde hace años que sigo tus férreos pasos
que en mi frente inédita escondí.


Y ahí te guardo celoso ante mi mundo
observando el peciolo de tu anhelo;
Francisco Román Bethancourt se llama
en el teclado o en lo magistral de mi consuelo.

Escribiste tu nombre en pentagramas,
Francisco Román lo rubricó,
para elevarlo a las estrellas
que solo Quetzaltenango sabe amar.

Es una querella ante la ciencia
que ustedes llevan en sus manos
para hacer que el hormigo cante
cuando lloro yo.

Sin duda que dormido y pensativo,
dictas tus notas musicales que faltaron
para deleitarme en ellas veo las estrellas
que con tu esencia multiplicaste tú.

Y así me enredo de nuevo con tu nombre
para continuar con mi poética vereda,
pero al encontrar la senda que forjaste
en tus manos vuelvo a descansar.

Es un sueño perfumado ´perceptible
en que tus sienes quiero bendecir
para que me tomes de la mano
y me lleves a tu altar.


FRANCISCO ROMÁN BETHANCOURT.

Dilecto personaje Xelajuence,
artífice del hormigo con quien sueñas,
el que absorbe tu existencia placentera
hasta convertirla en acorde magistral.

Por siempre será tu pergamino
en que viertas tu majestuosidad;
lírica barca tan bien calafateada
de humildad, sinceridad y gran honor.

Te recomiendo a tus hermanos precursores
que te acompañan al son y la guarimba
para que bailen las baquetas en parejas
y formen la rima de tu "IDEAL".

AL MARIMBISTA FABIÁN BETHANCOURT.

Intelecto quetzalteco de fúlgidos laureles
formados con tus notas cuajadas de añoranza;
aquellas que peinan la cabellera del hormigo
que llora pensativo tu ausencia inesperada.

Los pentagramas bordados de coquetas partituras
olvidarte no podrán, singular maestro del teclado;
fragmento que Dios puso en mi terruño
como estandarte ante los márgenes del mundo.

Quien como tú que llevaste a las estrellas
el nombre: Quetzaltenango que sigue siendo tuyo,
y allá, entre coros de luceros matizados
brillará tu inspiración que nos legaste.

Te llevamos en la sangre y en el alma que te añora,
musicólogo o florilegio de intactas sinfonías
que han bautizado a Guatemala con su encanto
o con el sentimental suspiro que te llama todavía.

Hoy nos embarga la tristeza de tu ausencia
y nos llena de honores en la aurora;
la saña cortó tu límpida existencia
pero hiciste de Occidente un pebetero de luces
inmortales.

En las arterias de tu místico y Xelajú añorado
los años pasarán a perderse en el pasado
pero tu canto, como el son y la guarimba
deambularán de la mano en sus calles empedradas.

El embrujo de tu numen bien amado
compagina con el acento de la vida
que transcurre como río puro y cristalino
pero, que ha dejado fértil el límpido sendero.

Las bendiciones que esparciste ¡ oh ! Señor
de la marimba,
perlarán ´por siempre la cuna de tu ensueño;
el sol seguirá iluminándolas tranquilo
y puliéndolas las baquetas de madera.

Lágrimas bañan y besan mis mejías
y una congoja estremece mis entrañas
al pensar que una tumba fría encierra
tus sueños musicales que faltaron.

Duerme en paz y tranquilo como el sabio
que supo legar su don como profeta;
todo lo brindaste sin renegar siquiera
los quebrantos que en pago recibieras.

Fuiste sencillo noble y puro
como tu gente que hoy escucha tus himnarios
y no hace más que bendecirte cada día
o enviarte una oración por la mañana.

Recibe pues, mis cuartetos que hoy te escribo,
como un hasta luego o hasta pronto
y cuando puedas acordarte de mi nombre
ora también por mi, que necesito de tu ejemplo.


A HUEHUETENANGO.

Oh...¡Don Juan Dieguez Olaverri..!
Ancestro de poesía en el Mirador de mi conciencia,
vengo con Osmundo Arriola y el insigne Wild Ospina
a despertarte de tu letargo en que renace la poesía
para que conozcas tu diáfana silueta recostada en Zaculeu.

Cuando despiertes de tu sueño tan sagrado,
verás tu sueño convertido en armonía,
contemplarás una doncella en tu camino
que te seguirá guiando entre luceros
llenos de poesía alentadora.

Al radiar el día no tengo más testigo
que Otoniel Ovalle Caceros, quien con su poesía
dialogaba con ninfas lúcidas
como la que hoy emerge cristalina
cual símil: Tu lindo Aguacatán.

En mi alforja de romero bendecido
traigo una anécdota tan bella y tan querida
de mi prosístico Román Alvarado Pinto
donde apareces mi bella niña como hermana
de la luna de Xelajú que te besa en la mañana.

En tus tradiciones tan queridas,
las mariposas se despintan atraídas
y encandiladas por la luz de tu vivencia tan preciosa
donde, de tu Virgen Santa de Candelaria
nace el milagro en mi poesía.

He recorrido la rivera de arroyuelos
que aparecen donde la flora se deshila
para enhebrar las libélulas contiguas,
convertidas en agujas de ilusión sincera
para tejerte en arpegios y signos encantados
y dejar en mis costumbres tu nombre bien tejido.

No solo tú nombre se ilumina en tus pestañas
con la fluorescencia que de tu cuerpo emana,
también mi ciudad Quetzaltenango, cual ninguna
quien te dedica sus momentos de ilusión y de ternura.

Hoy si creo en la revelación Omnipotente
que al alma orienta hacia musas tan divinas;
es por ello que vengo a elogiarte en tu innato oasis
bañado en emanaciones de místicos azahares.

Antes de irme, contarte quiero:
Que tus jardines que te adornan bella niña,
comienzan "donde florecen las estrellas"
y se extienden a los Cuchumatanes precelosos;
nido de amor y de arrogancia cuando a veces
permaneces pensativo.

Debes ver que en las entrañas del bosque
esmeraldino
que rodea tu cuna de coníferas sagradas
en el cual, tu cabellera orificada se derrama
 formas un espectro de refracciones femeninas
que mis colegas poetas riman bendecidos.

Te deshojaste de la gloria angelical en que naciste
para ascender a mi cuna poética que te adhiere
como epicentro de doncellas tan etéreas
que Miguel Ángel con su pincel nunca pudo delinear.

Otros testigos: Mis endecasílabos ocultos
y el perfume de mi buganvilia que te canta,
la que transforma en fragancias y amoríos
el suspiro de tu inocencia tan sagrada.

Me indujo Calíope y su arpa
a invitarte para interpretar mis versos tan sencillos
y prenderlos en tu sagrario que te adorna
para probar el manjar de tus líneas tan coquetas.

En esta paráfrasis de poemas y recuerdos de Darío
no había observado mis lánguidas pupilas
amalgamarse con el verso, la rima y la poesía
 también tu nombre con el mío que te añora.

No quiero despedirme de ti, omnisciencia y verbo
porque mi barca no quiere interrumpir  tus olas
de perfume
en que se baña la abnegación y el corolario,
cuyos prismas se quiebran singulares
y se unen en tus quiebres peculiares.

Huehuetenango:
Como te envidio en tus arcas astrales de arco iris
o como el apoteosis de un vaivén ligero
que besando el polen y el néctar de tus flores
vuelves a inmortalizarte en partituras.

Es hora de despedirme, luego de contar tus cualidades;
princesa de lívidas alas y fragmentos celestiales
que te brinda el Dios Omnipotente sin esfuerzo
porque bíblicamente eres:Estrado de sus pies.

Adiós mi terruño de amor y nítida metáfora,
anhelo que mi luna Xelajuense
sea tu espejo en que te peine mi poesía
con anuencia de Olaverri, Arriola y Wild Ospina
para que pueda elogiarte una y otra vez.






lunes, 4 de marzo de 2019

AL LAGO DE ATITLAN.

Desde el horizonte en que mi golondrina rima
a mi Santa María que se siente comprimido
y no hace más que aruñar tu cielo en luna llena:
te saludo oh Atitlan de eterna idiosincrasia.

Eres slogan de mariposas que en coro se deleitan
en tu espejo,
himno en sagrario que un día impresionó
a la Virgen del Rosario
que como genial señora se maquillara en tus matices
y luego los derramó en mi Guatemala encantadora.

Qué bellos son tus pueblecitos que te adornan
y te brindan la canción que en tus aguas se recrean
son doce concejos que deliberan pensativos
si eres apoteosis o metamorfosis de un arcano.

Siempre guardo un anhelo que se distingue con tu nombre
y solo se ve cuando el universo entero y sin distingos
se ilumina entreabierto entre tu bruma blanquecina
y se enjuta con tu Xocomil que conoce bien tu historia.

También mi Quetzaltenango en sus noches tan serenas
parecen en honor a tí, un reguero de zafiros, esmeraldas
y topacios;
de los cuales quiero con el alma bordarte la corona
en que sueñen tus costumbres en un nuevo amanecer.

La brisa que me envías llega hasta el oasis de mi estancia
para rubricar el espejismo que te retrata en mi inmerso
pensamiento,
te ves elegante y con brillo eterno en la solapa
y romántico en la serenata que se conjuga con la luna
o bien tu enamorada.

He sabido que ella en ti se baña tan desnuda
que sus líneas parecen nacaradas invitándote al pecado,
no sé, si de ello han nacido más estrellas
o se han multiplicado las brisas de tu estampa sospechosa.

Puedes confiarme tus confidencias y secretos
y trataré que mi poesía las conserve cual tesoro,
y cuando quieran emitir su luz hacia el prisma de tu encanto
serán luciérnagas encendidas que a tu sueño volverán.

Eres encantador como un estribillo consentido,
eres algo que cuesta descifrar en la poesía;
que diera porque la magia que encierras en tus aguas
me sacarán de lo absorto en que me encuentro.

Cuando sepa tu significado te prometo que a tu orilla
volveré a escribir y a declamarte en la secuencia de tu vida
los acrósticos que de tu nombre emergen
y se quedan incrustados en tus creencias soberanas.

Eres bello en el bautizo que te hicieron,
aquellos que aún te adornan con su gran filosofía,
encierras, tu lo entiendes, el holocausto de una raza
que en sus sahumerios sus códices a tu nombre dedicaron.

En tí, mi Guatemala se resume cálida y bella
y se convierte en estrado de tu aurífera existencia;
no olvidando el firmamento que contiene las fogatas
de tu señorío que todavía enciende su cirios en tu gloria.

ORACIÓN A MAYRA.

Mi mente cabalga inusitada
por el eterno laberinto del poema
nacido en lágrimas de niebla
en desafío al inexistente drama.

Mi mente se quebranta en el espacio
del inerte intento del pecado al cerro
que se eleva en espiral al cielo
partiendo las nubes en desconsuelo
incomparable.

Callar y sentir sin poder explicar nada,
es el fruto de la piedra que se rompe,
haciéndose moléculas fallidas
en ensayo de experimentar en eso.

Hoy me siento solo, cuan grande es
el deseo
de romper el cristal de mis pupilas;
para elevarme y descubrir si acaso
el valor que es pequeño y que no valgo.

Te acuerdas amada mía de aquel sentido
que perdimos en el sensible impacto rutinario;
que hizo tu semblante sentirme contraído
hacia el epicentro de mi infierno.

Me duele pensar en romper lo dado,
que en prenda te entregué en mi esperanza
que sin estar ebria respetaba mi cariño
aunque presa fuera de un soberbio desvarío.

Hoy tu enojo te hace verme cual espectro
que espanta a tu alma acrecentando mi tristeza;
fui culpable cuando juré quererte
y aunque no lo creas soy tuyo todavía.

Créeme, no me comprendo, soy muy débil,
hago lo posible por no ser indiferente,
convierte esto, mis facciones en careta
ocultando el sabor de mi sonrisa.

Hacerte sufrir no ha sido mi deseo,
no soporto verte llorar sobre mi hombro;
parte de mi cuerpo que se empapa
con lágrimas que humedecen mis instintos.

No sufras te lo pido con mis ruegos,
olvidame si puedes, yo te espero,
no riegues con tu llanto las espinas
que pueden llegar a suicidarme sin remedio.

No transformes mi sueño en pesadilla,
piensa que me puedo volver loco;
tengo miedo de perder el equilibrio
y caer en el fango de la cobardía.

Si deseas me retiro de tu alcance
o me esconda cuando vengas hacia mi;
has la cuenta de los besos que me diste
y en premio rezaré por ti.

DEDICADO A MI INOLVIDABLE
MARÍA LUISA HENGSTEMBERG.

NAVIDAD.

Eres llena de luz y de recuerdos,
en que se forma una constelación de conjeturas;
hacen su aparecimiento las tristezas y alegrías
confundiéndose entre el pino y sus amores.

Eres un espejismo tan bello e inolvidable,
en el cual, todos volvemos a nacer como el Mesías;
eres el milagro en que olvidamos nuestras penas
y volvemos a sonreír entre envoltorios y oración.

Eres la niña que sonríe y corre por mi cielo,
diseminando polvo de luceros y cometas;
tienes la magia de hacernos viajar en tu regazo
aunque al despertar nos encontremos sumidos en congojas.

Es en tu época, cuando nuestro corazón se inflama
de contemplación al Universo que soporta nuestra huida;
son tan mágicos  tus pinceles que decoran a tu modo
la niebla que empaña en momentos nuestra vida.

Te vistes de luces que en conjunción con las estrellas,
es un misticismo que nos roba del alma lo sagrado;
nos enseñas a perdonar la mayor ofensa recibida
o el destino que a veces nos golpea sin remedio.

 Aunque en las campanadas de las doce uvas que me
obsequias
mis retinas navegarán en un simulacro de nostalgia,
 mis mejillas se empaparán del lagrimeo que las moje
pero me inyectarán alegría para llevarme a la gloria de tu ser.

Aunque hayan niños que no jueguen en tu fronda,
sé, que llegas en sus sueños a su alma acariciar,
eres silogismo artificioso y muchas veces delicado
que en mi poesía  no puedo comprender.

Como es que los petardos no ahuyentan a los malos
o no imitan los caminos del Señor;
cómo es que no  comprenden esas almas perturbadas
que no pueden ni un momento tu luz entorpecer.

Cómo anhelo que tu significado incomprendido
cambie al mundo hacia un nuevo amanecer;
pienso que tienes poder y carisma para hacerlo
porque de mi alma hiciste una aurora singular.

Siquiera en este velo o estela de luz que nos obsequias,
podamos cambiar, cuando menos un segundo o un momento;
hemos experimentado que con amor férreo e hidalguía
podemos alcanzar la gloria en que se encuentra Dios.

ADORABLE ALEJANDRA DEL ROSARIO.

Que temblor más bello;
nítido y santo como destello,
de haber tocado una estrella
que saber si de mi se enamoró.

Soy correspondido
como ave sin nido
y como respuesta
mi alma le entregué.

Ese temblor que siento
es puro sentimiento;
amor que nunca antes
no creo que existió.

No pregunto a Dios
por qué entre los dos
ha nacido esto tan divino,
por qué dudar de él.

Con ello hemos sido
un amor casi escondido
que hoy le pega el sol
para quitarle oscuridad.

Tu tiemblas, yo también
como flores en vaivén
que el viento golpea y besa
a veces sin querer.

Es cuando sentimos,
como cuando morimos
o volvemos a nacer.
¿Quién lo sabe? Sólo Dios.

Espero que este tallo
sea eterno ensayo
de este amor puro
que parece un bebé.

Bebé que comienza a vivir
cómo también sentir
los embates de la vida
que lo hará fortalecer.

PERDONA LA MOLESTIA.

Flor sin pétalos,
poesía sin palabras
azucena ya sin sépalos,
mundo sin su sol.

Así parece mi poesía
perdida en el desierto,
suspiro casi yerto
al compás del huracán.

Torbellino silencioso,
devastador y peculiar,
es mi deseo tan capcioso
que siempre te ofrecí.

Todo por el álbum
que llevas en tu vida
dichosa y consentida,
el que nunca leeré.

Entré a tu destino
para siempre estar ahí
buscando mi camino
que casi, casi ya perdí.

CUANDO NO TE VI.

Melancolía inconfundible
aflora en mi mente,
al no verte en tantas horas,
siquiera en un instante.

Algo así como un suspiro,
algo desconocido que ahí está,
algo intangible y lejano
que nos besa y no se va,

Cada segundo que transcurre
anhelo volar a tu inocencia,
pero las barreras no quieren
enhebrarte en mi conciencia.

pero me resigno como hombre
continuar admirando tu figura
y tenerte en mis retinas
vírgen santa y pura.

Si me vuelvo un demente
he de sentirme complacido
por dar al cielo tantas gracias
por haberte conocido.

Quiero saber que sientes,
al ser sumamente idolatrada
por un alma tan humilde
que se resume en nada.

?

Tengo miedo al amor
y volverte  admirar;
sufro mucho,
no te puedo yo culpar.

Por eso huyo cual cobarde,
como Jonás, de Dios;
te quiero tanto, tanto
que no puedo decirte adiós.

Es que me atraes a tu centro
como la vela hacia tu altar;
llamo a la muerte insistentemente
y no la puedo hallar.

Tengo derecho a orar,
tengo derecho a decir
lo que por ti siento
aunque tenga que morir.

Voy derecho hacia ala tumba
y no puedo regresar,
pero si vuelvo
te volvería amar.

Se que no comprendes
este desvarío y este amor,
pero si así lo quiso Dios
perdona mi dolor....

Perdona que te ame,
me lo dicta el corazón;
si te ofendo, ora siempre
que será mi salvación.

IMPOSIBLE.

¡Horas ingratas sin ti!
¡Flores marchitas sin ti!
Mi oración te llama
ven a mí.

Me dejas en el desierto
arenoso y sin rocío,
sin poder mojar mis labios
que vibran hacia ti.

Los tuyos frescos y lozanos
como la manzana de Edén;
benditos al besarlos la oración,
mientras los míos
mueren sin querer.

Escondo la pregunta:
¿Podré vivir sin ti...?
Lo creo imposible
y lo sabes tú.

Llego tarde, yo lo se;
salvo tu piedad;
espero tu respuesta
pero antes ven a mí.