viernes, 26 de abril de 2013

Arrepentimiento.

Por qué debo arrepentirme
al haber gozado los deleites de la vida;
me hundí con ellos cada día
cómo las sombras ante el sol.

Ahí no se piensa en el pecado,
se pierde el sentido y todo;
dicen que todo lo manda Dios
y en eso me aferro yo.

Nunca pude ser santo, santo
siempre estuve al borde de la vida,
no puedo culpar a nadie
porque esto lo esculpí solamente yo.

De todo se prueba en la vida;
no creo que haya uno, siquiera uno
que no haya sido tentado
o majarse un dedo alguna vez.

Disfruté el amor tan prohibido,
cuyo néctar me embriagó;
fue mi amo lo niego
que con esquirlas de luz me hirió.

Que culpa tengo yo
que haya tanta belleza,
tanto taconeo femenino
al ritmo del corazón.

Que culpa tengo yo
que hayan labios seductores,
rostros delineados y atractivos
con ojos que invitan al amor.

Todo esto me ha enfermado
y lo peor que no hay cura para sanar;
dicen que el arrepentimiento,
pero donde lo podré encontrar

Si algún día la encuentro
no se si la aceptaré,
porque es tan bello amar
por ser herencia de nuestro Dios.









martes, 23 de abril de 2013

A la Secretaria

Que tu bondad sea tu objetivo
y tu comprensión tu relicario
para honrar tu vocación innata
que la humanidad anhela cada día.

Es en ti donde Dios ha impregnado
sus mandamientos de ternura
para que la prepotencia no opaque
tu existencia benéfica y creadora.

Tienes que ser el bálsamo bendito
del que gime y te invoca
para encontrar el consuelo apetecido
en sus pesares y congojas.

Que tu escritorio sea el paraninfo
en que se diluyan las tormentas, 
y tu ceño sea el arco iris
o el jardín de celestes sinfonías.

Tus palabras sean los acordes 
y formen el himnario de la vida
para que tu oficina sea el aposento
saturado de alegría y reverencia.

Que tu sonrisa sea cristalino manantial
o el oasis del cansado caminante
que al deambular en tu conciencia
se sienta beatificado y no, uno más.

Que la ingratitud se aparte de tu alma
y no turbe tu entendimiento frágil;
profética es tu misión aquí en la tierra
sin que el salario la condene sin remedio.

Eres designio del gran Omnipotente,
eres parte de su costado herido,
eres el salmo que no se ha escrito
porque aún falta entereza y corazón..

Eslabonas el universo con la tierra,
polinizas la razón con la elocuencia;
eres el verbo que vivifica y ennoblece
y nos orientas como faro singular.

Por eso, bendita seas siempre
para que tu esencia nunca muera,
se perfile en alas de luz al firmamento
donde tus facetas viven ya..

Verás que al final de tu camino,
laureles perfumaran tu nombre,
luceros iluminarán tus pasos
como ejemplo hacia la nefasta sociedad..

Esa que confusa y sin bitácora
navega sin rumbo y sin destino;
pero aún permanece tu talento
que ha de llevarnos a la fe y tu razón.



lunes, 22 de abril de 2013

Al libro

Cuando un libro está en mis manos
somos de pronto más que hermanos;
el quiere deleitarme con su ciencia
y yo,  deleitarlo con mis dudas.

Con él, aclaro mi sutil entendimiento
para conocer algo de mi intento
porque todo quisiera conocerlo,
pero no sé, si la vida me da tiempo.

Tengo fe que su lumínica inocencia
me dé luz en mi existencia
para cuando mi vida se termine
no dude nada de este mundo.

El libro es el docto que a conciencia
combate la árida ignorancia;
es el consejero que no miente
y está atento al llamado soberano

Es el libro el profeta tan piadoso
que nada exige por su don precioso,
tampoco por alimentar el alma
con preceptos mágicos de amor.

Es el libro el arma que no hiere
y hace triunfar al noble y al que muere;
es tan grande el poder que tiene
que aunque lo ofendan no hace más que predicar.

Contiene el libro la magia inextinguible
para adentrarse a lo inexpugnable;
allí donde se esconde la incógnita sagrada
o la respuesta de lo ignoto y bello.

Es el libro el amigo que espera sin recelo,
ni se inquieta por la falta de un consuelo
que lo estime y desempolve su figura
y desentrañe sus secretos escondidos.

Quien como el libro que ajado
conserva la convicción de ser amado,
porque con su existencia nos educa
sin reprocharnos la cruel indiferencia.

No hay en sus vértebras sarcasmos,
no hay en sus lomos tal cansancio;
sabe que no caduca su existencia
aunque el moho destroce sus entrañas.

Vidas vienen y vidas se esfuman
mientras en el libro los versos se perfuman
para inmortalizarse cada día
en espera de anhelantes precursores.

Ante el libro el egoísmo se arrodilla
y pierde su prepotencia y osadía;
a veces creemos conocerlo todo
y nada somos en su afán.

Por ello me apoyo en sus consejos
y en sus letrados mis congojas dejo
ya que desde niño me alentó en mis pasos
y me enseñó a entenderlo todo.

Conocí que la vida es el libro verdadero
donde aprende el analfabeto y pordiosero;
es el libro de la experiencia cruda
que profetas da sin discriminar a nadie.

Es el libro el tesoro diligente
para el noble, sensato e indulgente;
también para el soberbio que lastima
por desconocer su origen globular.

Pobre del que margine tu esencia
porque la misma ley de la ignorancia
castigará al verdugo que te hiera
sin merecer perdón en aquel día.

Eres el trueno que da la calma y soledad;
eres la calma que produce tempestad;
esa que aviva toda llama apagada
sin esperar alguna caridad.

Por eso, siéntete docto, consejero y guía
porque son tus apelativos en poesía;
yo también velaré porque siempre seas
el confesionario que nunca me condene.

Quédate tranquilo con tu mutis soberano,
adormece tu dialéctica en mi mano
para adentrarme por siempre en ti
y quedarme allí para no morir jamás.