jueves, 17 de enero de 2008

A una mujer...

Reflexiones a una mujer…
(Dedicado a Aura Violeta Samayoa Herrera)


Razón de la existencia pura que a la madre debe honrar.

Prototipo de la mujer sincera que vive en pro de la hermandad.

Apóstol fémino que en la oscuridad da luz al desvalido y al enfermo sin esperar consolación.

Abnegación convertida en mujer que en el mundo ya no hay.

Solidaridad en lo inefable y en las tormentas que nos hagan sucumbir.

Angel protector que se desvela para predecir la venidera sinceridad.

Mujer que da con las dos manos, para con una recibir.

Consuelo en las penurias y oración en el reír.

Absolución que al pecador hace redimir.

Camino sin espinos, solo lleno de bondad.

Precursora de las madres que tienen un solo corazón.

Oración que en cada progenitora debe florecer.

Poder divino para ser madre y padre en el pergamino de sus hijos.

Guía espiritual en la borrasca y en la inesperada tempestad.

Voz tranquila que en el fondo hay rigor y pan.

Bandera de amistad ante los azotes del destino.

Objetivo alcanzable si es por sus hijos y razón.

Barca hacia puerto seguro teniendo de brújula su fe.

Norte que al extraviado le ofrenda luz con la magia del consejo oportuno.

Mujer que no desmaya ante el temor de lo inalcanzable.

Sinónimo de pobreza y con riqueza en el Creador.

Alma donde la ilusión no existe, solo la irreversible realidad.

Origen de una familia que honrará por siempre al Redentor.

Laurel que sin oro y aditamentos, solo aroma de consuelo es.

Mujer que hoy se necesita para afrontar la cruda realidad.

Mujer que en su sangre lleva efluvios de cristiana luminosidad.

Si otra madre o mujer existe así: Bendito sea mi Padre Celestial.

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